En esa esquina de Ramón cruz con Irarrazabal estaba ubicado el rincón tiroles, no es que tuviera una decoración que nos recodara esa provincia del imperio austro hungaro, sino que tenia una carta maravillosa de esas que solo podemos encontrar en los restoranes más antiguos, no en estos sofisticados que tienen nada más que dos o tres combinaciones distintas.
En la carta del "rincón tiroles" encontrabamos desde unas simples tostadas con mantequillas hasta una parrillada, y en los bebestibles desde una malta con huevo hasta un escoces de 12 años.
Que sabrosos que eran esos lunes de lluvia comiendo una tostada con mantequilla bebiendo un buen carmen margaux; o como olvidar esas cervezas que corrián sobre la mesa después de una buena pichanga en nuestro querido 3er tiempo; y como vamos a abstraer aquella primera parrillada que comimos junto a los amigos de lms cuando muriel se metio la mano al bolsillo por unica vez en su vida.
Pero de lo bueno poco decía mi abuelita, así es nomas el querido "rincon tiroles" cerro sus puertas, y así tan solo nos quedamos con esos recuerdos de aquel fiel picada y suplicandole al señor que en su lugar no venga una farmacia, ni un suchi bar y mucho menos queremos esas tan sofisticadas comidas fusión. Lo unico que anhelo es encontrar una picada que remplace aquel templo que perdimos.